Víctor Rodríguez Acevedo's personal blog: literature, coffee, reviews, outbursts.
Monday, April 25, 2011
Machines
And then I realized, I had been taking directions on how to operate the wrong type of machinery and that I didn't like machines much in the first place. I had always loved the way the mud sticked to my fingers, plain, simple . . . perfect.
Thursday, January 27, 2011
Enmudecer
Quiero conservar ese silencio
como un memento,
esos contornos que se aferran a mis ojos
como un amanecer resplandeciente
que emana apoteósico, incontenible,
acaparar las formas y saber la felicidad
en esos rayos.
Pero días grises aguardan como panteras
y las ominosas aguas en la oscuridad
estan llenas de muertos,
donde tendré que bañarme una vez más,
cuando anochezca,
cuando las horas sólo sean
frío y muerte.
V. 2011
como un memento,
esos contornos que se aferran a mis ojos
como un amanecer resplandeciente
que emana apoteósico, incontenible,
acaparar las formas y saber la felicidad
en esos rayos.
Pero días grises aguardan como panteras
y las ominosas aguas en la oscuridad
estan llenas de muertos,
donde tendré que bañarme una vez más,
cuando anochezca,
cuando las horas sólo sean
frío y muerte.
V. 2011
Primer rayo
Quiero culpar a Ponce, por estar atrapado es una estúpida burbuja mirándose al ombligo, embelesado en estos días por el tambaleo de grotescas nalgas reguetoneras; sufriendo con placer de las cruces al derecho o invertidas, entre otros sudorípedos males.
¡Despierta tonto, despierta! ¿Quiénes son estos que te habitan? Sí, esos horrorosos de cuencas vacías que han querido arrancarme los ojos.
¡Despierta, míralos y avergüenzate! No pueden poner en contexto un museo y les espanta el papel repleto de sílabas.
No, de pequeño no me he reconocido entre ellos. Vivía en los ríos, las nubes, las estrellas, en el árbol y en el trueno; ellos se alimentaban de mentiras, de marcas, de partidos, anillos y hasta de carne humana. ¡Intentaron atarme para comerme vivo! Pero escapé intacto de sus uñas sucias y sus alientos fermentados.
Ahora aquí me encuentro. Me he armado de mis dobleces, de esencia poética y de la furia del mar, listo para empuñar el tridente.
V.E.
2009
¡Despierta tonto, despierta! ¿Quiénes son estos que te habitan? Sí, esos horrorosos de cuencas vacías que han querido arrancarme los ojos.
¡Despierta, míralos y avergüenzate! No pueden poner en contexto un museo y les espanta el papel repleto de sílabas.
No, de pequeño no me he reconocido entre ellos. Vivía en los ríos, las nubes, las estrellas, en el árbol y en el trueno; ellos se alimentaban de mentiras, de marcas, de partidos, anillos y hasta de carne humana. ¡Intentaron atarme para comerme vivo! Pero escapé intacto de sus uñas sucias y sus alientos fermentados.
Ahora aquí me encuentro. Me he armado de mis dobleces, de esencia poética y de la furia del mar, listo para empuñar el tridente.
V.E.
2009
Thursday, May 20, 2010
Sigo aquí,
desde aquel entonces,
me confundo con un cuerpo sin tumba,
he visto los ojos sin espejos, derrotados,
he visto la sangre como seca,
la carne como tiesa, se ennegrece
los huesos, las larvas,
una quietud desesperada,
una mancha, sombras tantas.
He visto la luz entrar por la ventana,
caer opaca, desolada en el suelo.
Mi sangre, mi carne, mis huesos…
Sigo aquí,
desde aquel entonces,
susurrando con una voz que no se escucha,
cómo no soy íncubo obstinado,
ni lento fantasma divagante en pena.
Cómo este ser a nadie afecta, no estremece.
Aun así, desparramo largos segundos, crueles nostalgias,
una locura ensimismada,
tristes sonrisas y tristes miradas.
Mientras observo la luz morir por la ventana,
morir sola, derrotada y sin lamento.
V. (2010)
desde aquel entonces,
me confundo con un cuerpo sin tumba,
he visto los ojos sin espejos, derrotados,
he visto la sangre como seca,
la carne como tiesa, se ennegrece
los huesos, las larvas,
una quietud desesperada,
una mancha, sombras tantas.
He visto la luz entrar por la ventana,
caer opaca, desolada en el suelo.
Mi sangre, mi carne, mis huesos…
Sigo aquí,
desde aquel entonces,
susurrando con una voz que no se escucha,
cómo no soy íncubo obstinado,
ni lento fantasma divagante en pena.
Cómo este ser a nadie afecta, no estremece.
Aun así, desparramo largos segundos, crueles nostalgias,
una locura ensimismada,
tristes sonrisas y tristes miradas.
Mientras observo la luz morir por la ventana,
morir sola, derrotada y sin lamento.
V. (2010)
Monday, April 5, 2010
Otros silencios
Siempre se crean gigantes de lo rudimentario. Las pequeñeces se transforman, pierden su cualidad material-física y así, amorfas, aunque vuluptuosas, acaparan grandes campos del pensamiento y del tiempo de cada cual. Extenuantes vacíos minados de estos entes y de erguidas idealizaciones, cuan más siniestras, producen el vértigo que nos desborda de cabeza en la esperada locura.
Dejar atrás, ¿por qué dejar atrás?, cuando es mejor combatirlos, sufrirlos, mientras asombrados observamos como la virgen de hierro nos encierra con su abrazo del más crudo amor. Sólo así nos volvemos.
Dejar atrás, ¿por qué dejar atrás?, cuando es mejor combatirlos, sufrirlos, mientras asombrados observamos como la virgen de hierro nos encierra con su abrazo del más crudo amor. Sólo así nos volvemos.
Monday, February 8, 2010
Poemas
Estos dos poemas fueron publicados en la octava edición de la revista literaria-estudiantil Tonguas de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Son piezas que escribí hace bastante tiempo, el primero me parece que en 2005, el otro en el 2007 probablemente. Ambos fueron editados en el 2009, pero fueron concebidos en momentos muy distintos, visiones en desarrollo; aunque me parece que mantengo un hilo conector en cuestiones de una estética surrealista.
También fallaste humano
Criatura errante, desbocada: humano;
fruto del dolor naces
y lloras al percatar que estas vivo.
Posees una cuenta regresiva
que no avisa,
que no espera.
Corroído de complejos y pesares,
odias, amas y vuelves a odiar.
Tras bajar al sótano a escoger entre la colección de máscaras,
con tobillos rotos y un corazón exhausto,
osas danzar ese tango maltrecho de la vida,
pasando por mares de fuego
que van lamiendo lentamente tu humanidad.
Entre suelos de cristales rotos,
esos residuos de sueños ajenos,
te sumerges en una búsqueda incansable,
de eso que no se oculta pero que no se encuentra,
una herida más, dos más,
¿qué importa?
Sin percatarte los tuyos caen también
y sólo basta una mirada sobre tu hombro para observar,
una lúgubre caravana de rostros pálidos,
desolados,
amedrentados,
sedientos de la misma vida que padecen
...igual que tú.
Nacimos niños luz
¿Qué quiénes somos?
Invencibles hijos del Sol.
¿Qué por qué somos?
Somos porque escogimos Ser.
Temidos y con razón.
Nunca hemos encajado con el plan maestro,
como bacterias nos escapamos de sus cultivos,
nos desbordamos de sus moldes,
dispuestos a crear una epidemia existencial.
Nos vamos arrastrando, mutando,
castrando esquemas, cazando mentes,
bombardeando ideas efervescentes,
protegidos tras la torre,
laberinto de Creta.
Deshilamos túnicas de sacerdotes y monjas,
de la iglesia barroca, almacén de enaguas.
Jamás hemos tocado las heridas del Cristo,
mas a ti te hemos rasgado las entrañas.
Pero ellos,
que llevan una cruz incrustada entre ceja y ceja,
una Biblia bajo el brazo,
y un diablo por cada bolsillo,
buscan empalarnos con sus miradas estériles,
con sus lenguas de navajas botas.
Mientras otros, igual de tontos,
vociferan a su gran estupidez elogios,
en eterno trance se estrangulan entre sí;
como dragones furiosos se arrancan los amatistas de los ojos,
por las calles del Viejo San Juan y la plaza de Ponce.
Aun así, nos han abofeteado una, dos, veinte veces
mas con la cara machucada, la frente en alto
y con nuestra boca de lengua partida,
seguimos escupiendo rayos de estrella.
Asombrosamente hemos nacido de esta isla natimuerta,
de olor rancio, putrefacta;
entre las vísceras de quienes la creyeron abnegada madre,
e intentaron cubrirla de patria.
Pero detente y observa,
continúan estrangulándola.
Sí, ¡a su propia madre después de muerta!
esos otros, engreídos de cuencas vacías,
traicioneros, bastardos sin esencia.
¡Muerta! ¡Muerta! ¡Sí, he dicho muerta!
¡Nos hemos alimentado de sus tetas muertas!
y con ojos espantados de centinela
hemos succionado una leche eterna,
ilusoria, de mar y de silencios.
Por eso nos recorre en las venas
una sangre de galaxias y de inviernos
de la feroz palabra,
de música profunda,
incorrecta y peligrosa,
como el más temido hoyo negro.
Pero antes de llegar la noche en que decidan
jactanciosamente amarnos,
nos coronaremos de algas y de anémonas,
Escogeremos empuñar el tridente
y la mandíbula de Caín
y con furia de Neptuno
arrasaremos sus preciados castillos de arena,
sus felices vacíos, la embelesante postal.
Para pronto partir como cometas,
a lo infinito, lo innombrable,
siempre palpitantes,
eternos,
indomables.
¡No somos de Puerto Rico!
¡No somos de nadie!
También fallaste humano
Criatura errante, desbocada: humano;
fruto del dolor naces
y lloras al percatar que estas vivo.
Posees una cuenta regresiva
que no avisa,
que no espera.
Corroído de complejos y pesares,
odias, amas y vuelves a odiar.
Tras bajar al sótano a escoger entre la colección de máscaras,
con tobillos rotos y un corazón exhausto,
osas danzar ese tango maltrecho de la vida,
pasando por mares de fuego
que van lamiendo lentamente tu humanidad.
Entre suelos de cristales rotos,
esos residuos de sueños ajenos,
te sumerges en una búsqueda incansable,
de eso que no se oculta pero que no se encuentra,
una herida más, dos más,
¿qué importa?
Sin percatarte los tuyos caen también
y sólo basta una mirada sobre tu hombro para observar,
una lúgubre caravana de rostros pálidos,
desolados,
amedrentados,
sedientos de la misma vida que padecen
...igual que tú.
Nacimos niños luz
¿Qué quiénes somos?
Invencibles hijos del Sol.
¿Qué por qué somos?
Somos porque escogimos Ser.
Temidos y con razón.
Nunca hemos encajado con el plan maestro,
como bacterias nos escapamos de sus cultivos,
nos desbordamos de sus moldes,
dispuestos a crear una epidemia existencial.
Nos vamos arrastrando, mutando,
castrando esquemas, cazando mentes,
bombardeando ideas efervescentes,
protegidos tras la torre,
laberinto de Creta.
Deshilamos túnicas de sacerdotes y monjas,
de la iglesia barroca, almacén de enaguas.
Jamás hemos tocado las heridas del Cristo,
mas a ti te hemos rasgado las entrañas.
Pero ellos,
que llevan una cruz incrustada entre ceja y ceja,
una Biblia bajo el brazo,
y un diablo por cada bolsillo,
buscan empalarnos con sus miradas estériles,
con sus lenguas de navajas botas.
Mientras otros, igual de tontos,
vociferan a su gran estupidez elogios,
en eterno trance se estrangulan entre sí;
como dragones furiosos se arrancan los amatistas de los ojos,
por las calles del Viejo San Juan y la plaza de Ponce.
Aun así, nos han abofeteado una, dos, veinte veces
mas con la cara machucada, la frente en alto
y con nuestra boca de lengua partida,
seguimos escupiendo rayos de estrella.
Asombrosamente hemos nacido de esta isla natimuerta,
de olor rancio, putrefacta;
entre las vísceras de quienes la creyeron abnegada madre,
e intentaron cubrirla de patria.
Pero detente y observa,
continúan estrangulándola.
Sí, ¡a su propia madre después de muerta!
esos otros, engreídos de cuencas vacías,
traicioneros, bastardos sin esencia.
¡Muerta! ¡Muerta! ¡Sí, he dicho muerta!
¡Nos hemos alimentado de sus tetas muertas!
y con ojos espantados de centinela
hemos succionado una leche eterna,
ilusoria, de mar y de silencios.
Por eso nos recorre en las venas
una sangre de galaxias y de inviernos
de la feroz palabra,
de música profunda,
incorrecta y peligrosa,
como el más temido hoyo negro.
Pero antes de llegar la noche en que decidan
jactanciosamente amarnos,
nos coronaremos de algas y de anémonas,
Escogeremos empuñar el tridente
y la mandíbula de Caín
y con furia de Neptuno
arrasaremos sus preciados castillos de arena,
sus felices vacíos, la embelesante postal.
Para pronto partir como cometas,
a lo infinito, lo innombrable,
siempre palpitantes,
eternos,
indomables.
¡No somos de Puerto Rico!
¡No somos de nadie!
Tuesday, September 1, 2009
A medio Pizarnik
Después de navegar por varias horas las “deformes” imágenes de Alejandra Pizarnik o en ocasiones, de algún otro escritor, mi mente comienza a moverse, no se está quieta, se retuerce, ebulle, produce. Lo que sigue es un ejemplo de este estado y no quisiera darme el crédito total por razones obvias, es la Voz de la poesía de Pizarnik la que se ha adueñado de momento y ejerce su poder.
Trágate tiempo esa medalla sucia de recuerdos
Que no quiero otra victoria entre siniestros
Devuelve esa máscara que me has arrancado
con esas garras tuyas llenas del terror
Y pósala sobre la tumba del infante que no será
La maldición completa
El exquisito veneno
Trágate tiempo esa medalla sucia de recuerdos
Que no quiero otra victoria entre siniestros
Devuelve esa máscara que me has arrancado
con esas garras tuyas llenas del terror
Y pósala sobre la tumba del infante que no será
La maldición completa
El exquisito veneno
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