Monday, April 5, 2010

Otros silencios

Siempre se crean gigantes de lo rudimentario. Las pequeñeces se transforman, pierden su cualidad material-física y así, amorfas, aunque vuluptuosas, acaparan grandes campos del pensamiento y del tiempo de cada cual. Extenuantes vacíos minados de estos entes y de erguidas idealizaciones, cuan más siniestras, producen el vértigo que nos desborda de cabeza en la esperada locura.

Dejar atrás, ¿por qué dejar atrás?, cuando es mejor combatirlos, sufrirlos, mientras asombrados observamos como la virgen de hierro nos encierra con su abrazo del más crudo amor. Sólo así nos volvemos.